Trabajar en equipo o Equipo de trabajo
Mucho se habla de la necesidad de promover el trabajo en equipo en las organizaciones de cualquier naturaleza. Se asegura que el éxito de las empresas depende del grado de compenetración, comunicación y compromiso de su capital humano. Pero para los expertos una cosa es trabajar en equipo y otra es el equipo de trabajo.
Los especialistas suelen hacer hincapié en que trabajar en equipo no es lo mismo que equipo de trabajo. Y es interesante advertir la diferencia, que no se limita a lo semántico, aunque algunos autores hablan de diferencia sutil.
Hace ya tiempo que los gurues de management vienen machacando con las bondades del trabajo en equipo: es una buena forma de ganar en productividad, trabajar tras un resultado final que involucre al grupo de personas y lograr que el equipo ‘se ponga la camiseta’, dicen.
El punto es que generalmente se confunde el trabajo en equipo con el equipo de trabajo. Explican que el primer caso implica compromiso, estrategia y liderazgo, pero también armonía entre los integrantes, responsabilidad, creatividad y cooperación, entre cada uno de los miembros. Este grupo debe estar supervisado por un líder, quien debe coordinar las tareas y hacer que sus integrantes trabajen de acuerdo a un método y se ajusten a ciertas reglas.
Por su parte el equipo de trabajo implica el grupo humano con sus habilidades y destrezas compenetrados detrás de un objetivo final. Sus integrantes deben estar bien organizados, tener una mentalidad abierta y dinámica alineada con la misión y visión de la empresa.
El miembro del equipo de trabajo debe producir para obtener mejores resultados, centrarse en los procesos para alcanzar metas, integrarse con sus compañeros, ser creativo a la hora de solucionar problemas, ser tolerante con los demás, tomar en cuenta a sus colegas y aceptar sus diferencias, obviar aquellas discusiones que dividan al grupo y ser eficiente, más que eficaz.
Un equipo médico en una sala de operaciones, donde confluyen cirujanos, anestesista, especialista cardiovascular, enfermeras, etc., forman un equipo de trabajo. Cada miembro de este equipo va a realizar un cometido específico; el de todos ellos es fundamental para que la operación resulte exitosa y para ello sus actuaciones han de estar coordinadas.
Por su parte un equipo de fútbol moderno suele ser elegido como trabajo en equipo: más allá de que en teoría haya un jugador encargado de hacer goles y otro de evitarlos, actualmente todos atacan y todos defienden.
Un grupo de personas trabajando juntas en la misma materia, pero sin ninguna coordinación entre ellos, en la que cada uno realiza su trabajo de forma individual y sin que le afecte el trabajo del resto de compañeros, no forma un equipo.
El trabajo en equipo se basa en las "5 c":
Complementariedad: cada miembro domina una parcela determinada del proyecto. Los conocimientos de cada uno son necesarios para lograr el objetivo propuesto.
Coordinación: el grupo de profesionales, con un líder a la cabeza, debe actuar de forma organizada con vista a sacar el proyecto adelante.
Comunicación: el trabajo en equipo exige una comunicación abierta entre todos sus miembros, esencial para poder coordinar las distintas actuaciones individuales.
Confianza: cada persona confía en el buen hacer del resto de sus compañeros. Esta confianza le lleva a aceptar anteponer el éxito del equipo al propio lucimiento personal.
Compromiso: cada miembro se compromete a aportar lo mejor de si mismo, a poner todo su empeño en sacar el trabajo adelante.
En una palabra el equipo funciona como una maquinaria con diversos engranajes; si uno falla el equipo puede fracasar; por eso es clave que todos funcionen bien por no decir a la perfección, para lograr el resultado.